domingo, 2 de octubre de 2011

Circo del Sol: Corteo



Después de llevar dos meses intentando que ir con todos los amigos al Circo del Sol, al final nos fuimos Natalia, sus padres y yo. Teníamos muchas ganas desde hace mucho tiempo de ir a verlo, y al fin nos decidimos, ya que todo el mundo hablaba maravillas del expectáculo de este año llamado Corteo, un desfile lleno de alegría, una procesión festiva producto de la imaginación de un payaso. El espectáculo combina la pasión de los actores con la elegancia y la fuerza de los acróbatas, en algún lugar entre el cielo y la tierra, que mezcla la diversión, la comedia y la espontaneidad.

El payaso representa su propio funeral, que se celebra en un ambiente carnavalesco, mientras unos ángeles de la guarda vigilan en silencio. A través de una mezcla de lo grande y lo pequeño, lo ridículo y lo trágico, de la magia de la perfección y el encanto de la imperfección, el espectáculo pone de manifiesto la fuerza y la debilidad del payaso, así como su sabiduría y su delicadeza para ilustrar esa porción de humanidad que reside dentro de todos nosotros. La música, lírica y pícara sucesivamente, lleva a Corteo a través de una celebración atemporal en la que la ilusión se burla de la realidad.


Nos gusto mucho, lo que pasa es que como todo el mundo hablaba maravillas nos esperábamos que los payasos volaran o algo por el estilo, así que nos quedo un sabor agridulce. Desde luego el expectáculo mereció la pena, pero teníamos unas expectativas muy altas.

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