Después de mucho tiempo organizando una Guerra de Paintball, al final decidimos poner una fecha, y enfrentarnos el Motoclub contra los amigos. El foro estaba que ardía, eran todo piques y cachondeo sobre el día de la guerra, hasta que al final llego.
Llegamos todos al Paintball de El Rompido, allí nos estaba esperando Flavio, el dueño, ya que Candyman nos recomendó el sitio, y la verdad, era un campo de lujo, con todo tipo de detalles. Al llegar empezamos a vestirnos y a seguir las instrucciones que Flavio nos daba, ya estaba todo preparado para el gran momento.
Al llegar al campo de batalla, reconocimos el terreno y pusimos las reglas de las batallas, nos hicimos la foto de familia y empezamos los distintos equipos a diseñar nuestras estrategias. En mi equipo estaban Marcos, Juan, Blas y el hijo de Blas. Mientras que en de los amigos estaban Natalia, Lui, Luz, Jota, Candyman y Mick.
Tuvimos la suerte que hizo un día muy bueno y de calor, ya que estábamos a mitad de noviembre, pero por eso mismo pasamos algo de calor bajo toda la ropa y protecciones que llevábamos.
Nos dividimos en el campo los dos equipos, pegando unos tiros de prueba para comprobar que todo iba perfecto, y empezamos a posicionarnos. Mientras el equipo del Club ultimaba la estrategia, veíamos correr al equipo de Natalia escondiéndose, así que decidimos empezar la matanza. Hay que recordar que el equipo perdedor pagaba las rondas de cerveza del tercer tiempo.
En seguida empezaron los tiros, que se sucedían de un bando a otro. Casualmente, o no, Natalia y yo nos pusimos enfrentados el uno del otro, así que yo sin saberlo, y ella siendo muy consciente empezamos a tirotearnos el uno al otro, el resultado fue que la pobre salio con mas moretones de la cuenta y siendo la primera eliminada. Monumental cabreo que cogió, no solo por el acribillamiento, sino porque horas antes le obligue a firmar un Pacto de No Agresión entre los dos, jejeje. Lo que ella no sabía era que gracias a mi se llevo el premio como el jugador con más moretones del campeonato.
Era un verdadero pique, todos nos revolcábamos por el suelo como si tuviéramos 15 años, dando saltos de un lado para otro y haciendo unos sprints increíbles. Era como jugar al Call of Dutty pero en la realidad, lo estábamos pasando increíblemente bien.
Entre ronda y ronda parábamos unos 10 minutos para fumarnos un cigarro e hidratarnos un poco, porque se sudaba lo que no estaba escrito, Flavio nos comento que se perdía mas de un kilo durante una pachanga, y no era de extrañar, porque nos bebíamos el agua como si lleváramos meses sin beber.
Las tres primeras rondas fueron de un equipo contra otro hasta que no quedara nadie con vida, pero de repente nos pusimos a jugar a la captura de bandera, y ahí vino el follón, que si unos no estaban en su sitio, si no se quien se había escondido antes de la cuenta, que si un equipo estaba mas lejos de la bandera que el otro, total, que fue la única ronda que gano el equipo de amigos, porque el resto las gano el equipo del Club.
Y así seguimos toda la tarde, tiroteándonos los unos a los otros pasándolo de escándalo, con los típicos enfados de que alguien decía que no le habían dado cuando tenía el cuerpo lleno de pintura, de si se disparaba a alguien que ya estaba muerto y salía del campo con los brazos en alto, de si alguien se quedaba sin munición podría salir a recargar, de que si Flavio le daba vidas extras a las mujeres, ... Total, que fue una descarga de adrenalina increíble y nos pegamos unas risas muy buenas.
Al finalizar el combate fuimos a desvestirnos, allí Flavio entrego a Natalia una camiseta como premio por ser la jugadora con mas moretones, la pobre tenía el brazo acribillado, aunque allí ninguno nos salvamos de tener morados por todo el cuerpo.
Nos fuimos al bar a ver el vídeo de la cámara del casco, mientras tomábamos unas cervezas pagadas por los perdedores y comentábamos las jugadas mas interesantes. Sin duda casi todos los que estábamos allí repetiremos la experiencia, porque ha sido un día grande!. A la noche, Natalia, Lui, Luz y yo nos fuimos de copas para terminar reventados al 100%.