lunes, 27 de septiembre de 2010

Viaje a Isla Culatra (Olhão - Portugal)


Después de ir al Coto Doñana en dromedario, el cuerpo nos pedía mas, así que decidimos ir a Isla de Culatra. Pertenece a Olhao, un tesoro ambiental formado por aguas tranquilas, extensos arenales e islas casi desiertas. Es el mundo de la Reserva Natural de Ría Formosa. Lejos de las multitudes, aquí se vive la playa de forma distinta. Se comen almejas, coquinas y gambas recogidas frescas en los viveros bajo el agua y se habla con los pescadores, para quienes la Ría es un modo de vida.


Nosotros, como siempre salimos mas tarde de lo que teníamos previsto, así que llegamos a Olhao sobre las 2 de la tarde, pero la sorpresa fue cuando vimos que ya no había barcos a Isla de Culatra hasta las 4 de la tarde, y como el barco-taxi costaba una pasta, decidimos ir a una marisquería que se encontraba cerca del puerto.

Allí comimos de lujo, y a un precio razonable, nos zampamos una zapateira, coquinas y una cataplana, que no nos hizo mucha gracia, ya que le pusieron culantro, a lo mismo que las coquinas, solo que éstas nos las cambiaron. Eso sí, el local una maravilla, con una especie de laguito en medio a modo de pecera donde tenían el marisco vivo y lo pescaban antes de cocinarlo, nos resulto gracioso ver como cogían las coquinas de ahí.


Después de comer nos tomamos un heladito para saltarnos la dieta, y acto seguido nos montamos en el barco, que nos sonaba a uno de los que había en Ayamonte cruzando el río, y mas aún cuando en los flotadores leímos el nombre del barco, "Río Guadiana". Nos hicimos muchísimas fotos en el barco, había un calor que lo cortaba la brisa del mar, con lo que se estaba de espectáculo en la parte de arriba del barco.


Mientras llegábamos a Culatra observamos varias islas y formaciones arenosas que se iban formando en la ría, hasta que por fin llegamos. La primera impresión no gusta, recordaba a la Punta del Moral en los años 70, nos era algo familiar, pero es muy bonita, con sus calles de arena, su gente tranquila, con los pescadores viviendo en la isla. Tienen sus casetas de madera para sus utensilios de pesca y sus casas son pequeñas y humildes, pero es muy tranquilo y el sitio perfecto para relajarse.

Lo primero que hicimos fue tomarnos un cafelito en un bar a la orilla de la playa, mientras que nos divertíamos viendo juguetear a las gaviotas, unas se peleaban por situarse en las farolas, otras por un trozo de pan que le habían tirado, incluso una defendía a muerte un trozo de envoltorio de chocolatina.


Después del café y de ver el resumen de como Fernando Alonso gano la carrera de Singapur, nos adentramos en el poblado para investigar un poco, aunque como siempre y gracias a mi orientación fuimos en dirección contraria a donde deberíamos, no nos perdimos porque el pueblo no daba para mas. Nos encontramos a una oriunda, que nos marco el camino hacia la playa.
Ese recorrido detrás de esa viejecita fue muy acogedor, observábamos aquellas pequeñas casas de techos casi como para Hobbits, algunas de dos plantas, cosa inexplicable para la razón humana, pero dentro vivía gente!!! Hasta nos cruzamos un gato gigante... algo totalmente inverosímil.
Nos llamo muchísimo la atención como delimitaban sus casas con botellas de plásticos, o la especie de maceteros que hacían con los neumáticos.


Al final llegamos al inicio del camino de la playa; era un camino largo delimitado por palos y cuerdas sobre un puente de madera, muy bonito la verdad, con un entorno arenoso y lenguas de agua entrando continuamente hacia la playa. Nos hicimos muchas fotos también, porque lo cierto que era un paisaje totalmente paradisiaco.

Después del largo recorrido llegamos a la playa que da al Atlántico, una playa con una arena blanca y de aguas cristalinas, preciosa, medio vacía, y con varios kilómetros de playa virgen por recorrer y disfrutar, que como íbamos vestidos, mejor lo dejamos para otra ocasión y con mas calor. La vuelta al pueblo se nos hizo mas corta y amena.


Al volver nos tomamos un refresco en otro bar, la verdad teníamos 4 horas para estar allí y había que hacer todo el tiempo posible, puesto que había que esperar al barco de las 8 de la tarde, que ya era el último, así que después del refrigerio estuvimos en el muelle haciendo el trocho un rato, como prueba el montajillo fotográfico que nos curramos.

A la vuelta pasamos un frío polar increíble, eso sí, vimos la famosa puesta de sol de las islas desde el barco, preciosa. La verdad, que aunque Isla Culatra no tiene nada de especial, no por nada, sino es que de donde venimos, es como si no hubiera pasado el tiempo, tiene un encanto particular, y nos gustaría volver el año que viene a disfrutar de sus playas un buen día de verano, que creo que es la maravilla que tienen estas islas.

Paseo en Dromedario por el Coto de Doñana


Hace tiempo a Natalia se le ocurrió darme la sorpresa de llevarme a recorrer el Coto de Doñana en camello, y este fin de semana era el idóneo para planificar alguna aventurilla que no nos ocupara mas de un día. Así que nos decidimos pillar el sábado para montar a camello y salir de copas por la noche.


Llegamos apenas sin música y sin aire acondicionado a Mazagón algo temprano, así que nos tomamos un helado e hicimos tiempo. Una vez que encontramos el lugar, conocimos a otra pareja madrileña que también se apuntaban a la aventura, nos dieron una charla sobre los dromedarios y el entorno de Doñana y ále!, a montar en dromedario!.

Al principio nos acojonaba un poco, eran enormes y daban mucho respeto, sobre todo acojona cuando empieza a ponerse de pie, porque parece que te caes de bruces contra el suelo. Pero poco a poco empiezas a cogerle confianza y el cachondeo, jejeje, sobre todo con ese vaivén que no para ni a la de tres.



Dimos un paseo por la zona de Matalascañas, una hora tampoco daba para mucho, pero una experiencia muy buena y nos lo pasamos genial, y la próxima sera en Jeep o a caballo!. Luego volvimos a casa para ducharnos corriendo y salir de copas por Ayamonte.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Las Angustias 2010 y Concierto de Jarabe de Palo 7,10 ,11/09/10



Martes 7

Pues empezaron las Angustias, y allí estábamos Nata y yo para inaugurarlas. Quedamos en casa con Malu, que vino de Huelva, y en las casetas con el resto de sus amigos, Lola, Sastre, Mariola,... Estuvimos cenando hasta tarde, sin parar de beber rebujito a mansalva.

Después de las casetas nos fuimos al Quino´s Copas Car, que ya estaba preparado para la edición de este año, donde no parábamos de ir y venir del coche en busca de copas. Al final, entre unos y otros terminamos la feria casi de día.

Viernes 10

Despúes de dos días sin salir de feria, ambos por el trabajo, el viernes quedamos con muchísima gente, Malu y Patri que se quedaban en casa de Natalia, Kristi y Ali que venían de Huelva, Pablo que se quedaba en mi casa, Luz que había venido de Huelva también, y luego toda la jarca de Ayamonte que habíamos quedado con ellos en las casetas para cenar.

Por el camino nos encontramos a Álex, Blas y Lui, que se apuntaron a tomarse un rebujito con nosotros, después estuvimos cenando como bellacos en la caseta hasta reventar, para de nuevo, diigirnos al coche a por las copas.

Estuvimos ya en las casetas de marcha con todos los amigos de Natalia, hacíamos mas bulto que el paquete de Rocco Siffredi, y lo pasamos genial, no recordaba hacía cuanto tiempo yo no bebía tanto. De lo mejor, cuando el Patxi actuó con su expectáculo en la caseta de la Tertulia, un show vamos.


Después todos a la caseta que estaba vacía, nos pusimos a hacer el cafre y en media hora estaba la caseta llena, de canis eso sí, pero bueno, al menos la liamos parda durante un rato.


Sábado 11

Empezamos con el concierto de Jarabe de Palo, que estuvo bastante bien, aunque el sábado estaba yo bastante regular, me hacía mella el fin de semana y mi cuerpo no daba para más. Estuvimos todos en el concierto haciendo el botellón.


Luego todos a las casetas de nuevo, donde empezamos a beber y a comer algo de jamón que habían pedido, para después terminar con el coche-botellón y de copas por las casetas.

También aprovechamos Nata y yo y nos hicimos un tatuaje de henna, nos pusimos nuestros nombres en moro, a ver lo que nos dura...


lunes, 6 de septiembre de 2010

Viaje a Antequera y Boda de Virginia


Viernes 4

Habíamos quedado de 4 a 5 en Huelva, pues como siempre, yo llegue a las 6 y Natalia estaba terminando de hacer las maletas, aún así, hicimos un par de cosillas en Huelva, comprar los zapatos de la boda, y salimos a las 7 de la tarde...

El viaje fue genial, sobre todo para Nata, que se quedo dormida en el coche; pero fuimos relajados, sin prisas y sobre todo disfrutando nuestro fin de semana juntos.
Llegamos al Hotel, todo muy cordial y muy familiar, con nuestra cama de matrimonio y mucho espacio en la habitación, así, que nos relajamos en la cama un par de horas con la tele encendida mientras veíamos un partido del mundial de basket, y luego nos duchamos y arreglamos para salir a cenar.



Virginia nos recomendó un restaurante donde se comía muy bien y cerca del Hotel, así que allá fuimos; por el camino no parábamos de encontrarnos iglesias, luego, el camarero antequerano-argentino nos comento que en Antequera había 42 iglesias. Nos pusieron una raciones muy ricas, mientras en la plazoleta unos críos jugaban con una fuente que mas tarde salpicaría a Natalia de agua. Después de la cena nos fuimos a un Budda que se encontraba en la calle de la movida a tomar unas copas. Al final nos dieron las 4 de la mañana, así que volvimos al Hotel a descansar, ya que al día siguiente, aunque la boda fuera a las 6:30 de la tarde, Natalia tenía que ir a la peluquería a arreglarse el pelo.

Sábado 5

Como viene siendo habitual en las bodas, Natalia se levanto temprano, mientras que yo me quede plácidamente en la cama hasta cerca de las 2 de la tarde, me levante, y cuando estaba terminándome de afeitar entro en la habitación Natalia guapísima por la puerta.
Nos fuimos a dar un paseo y a tapear por Antequera, nos paramos en el Bar Nico, que por lo visto se comía muy bien, y el pulpo a la gallega estaba riquísimo. Al terminar de almorzar nos tomamos una gran copa de helado en una heladería antes de llegar al hotel.


Una vez en el Hotel, nos echamos otro ratito en la cama antes de arreglarnos, que como siempre, nos levantamos tarde, como que a falta de 15 minutos para la boda, yo aún estaba durmiendo en la cama...
Pero bueno, llegamos un poquito pasadas la hora. Cuando fuimos a aparcar, justo delante lo hicieron José y Ana, que me di una alegría muy grande al verlos, pues hacía como 10 años que no veía a nadie de la pandilla de Antequera. Llegamos a la iglesia de San Juan (una de las 42...), y enseguida vi a Virginia aún en el altar, estaba guapísima y muchísimo mas delgada de como la recordaba. Al terminar la ceremonia ya estuve con Patricia, Paola, Carmina y pude darle un besazo a Virginia y felicitarla por la boda.


De la iglesia de San Juan nos fuimos al parador, que era donde tenía lugar el convite, un parador muy bonito y con preciosas vistas. Aproveche tambien para ver el final del partido de octavos de final del campeonato del mundo de Basket, viendo como España ganaba ante Grecia y se clasificaba para cuartos de final. Sitio estratégico, puesto que era paso obligatorio de los camareros que servían la cerveza y los entremeses.




En la mesa Elanio Azul, nos pusimos con Ana y José, Chari y si novio, Patricia y Miguel, y con Carmina y su nuevo novio. La comida estaba muy rica, sobre todo el medallón de cerdo, que me hubiera comido 4 más, y las conversaciones se centraron en los niños que casi todos habían tenido hace dos años, que si móvil con la foto de mi hijo para arriba, que si móvil de la foto de mi hija para abajo; pero todo muy ameno y lo pasamos genial.



El baile y la barra libre ya fue otra historia, lo pasamos genial también, bailando y bebiendo sin parar, estuvimos mas tiempo con Virginia, que no paraba de atender a todos sus invitados. En definitiva lo pasamos genial, y nos fuimos de la boda a las 6 de la mañana, aunque nos dieron quizás mas de las 7 hasta que nos dormimos.


Eso sí, al entrar en el Hotel, Natalia convenció al portero que nos dejaran dormir y salir del hotel al día siguiente a las 6 de la tarde, !increíble!, si algún día volvemos a Antequera, nos quedaremos allí sin duda.


Domingo 6
Bueno... sin duda una escapada atípica, normalmente cuando nos vamos de viaje aprovechamos para ver la ciudad y no perdernos nada, pero esta vez, si no fuera por la boda, hubiéramos estado todo el rato comiendo y en la cama; tanto es así que el domingo nos levantamos a las 3 y media de la tarde!!! Por tanto, nos duchamos, recogimos las cosas y sobre las 4 y media abandonábamos el hotel. Comimos en el Telepizza, pues si nos poníamos a callejear buscando algún restaurante, por la hora que era podríamos quedarnos sin comer.



Pues si el fin de semana había sido atípico como comentaba, la tarde fue de lo mas provechosa posible; terminamos de almorzar a las 5 de la tarde, bueno, pues de ahí nos fuimos al Torcal de Antequera, sin éxito, porque a mi me salio de los cataplines decir que ese camino no era el correcto, pero eso sí, nos encontramos un mirador que aprovechamos para hacernos un par de fotos.


Decidimos ir por otro camino al Torcal, pero por el camino vimos que el Castillo de Antequera nos caía mas cerca, así que fuimos al Castillo, aunque no llegamos a encontrarlo ya que nos perdimos por las calles, y mientras nos perdíamos vimos un letrero que indicaba los Dólmenes de Antequera, así que decidimos ir a ver los dolmenes y que le dieran al castillo. Al buscar los dólmenes nos perdimos de nuevo, así que volvimos a ir a buscar el castillo de nuevo, pero parando a preguntar en una Galp, nos dijeron donde estaban los dólmenes. Así que de nuevo a los dolmenes. No los encontramos (aunque mas tarde nos enteramos que pasamos justo por al lado), pero buscando los dolmenes nos encontramos el castillo, así que ya aprovechamos y lo vimos.

La mala hostia no acababa aquí, dejamos el coche debajo del castillo, y al bajarnos e ir al castillo pero no sabíamos si la puerta estaría en esa dirección o no, así, que para evitarnos una caminata volvimos a por el coche para cogerlo y seguir subiendo cuestas en el coche, pero justo cuando lo arrancábamos, una señora nos comento que no, que fuéramos andando, que arriba no había aparcamiento y terminaríamos por volver a donde estábamos, le dimos las gracias a la muy "zorr..." y fuimos andando, andando y sobreviviendo, porque esos escalones y esas cuestas no acababan nunca, Natalia estuvo apunto de desfallecer en un par de ocasiones, porque el sol a las 6 de la tarde tampoco ayudaba mucho la verdad... Al entrar en el castillo observamos con cara de imbéciles unos aparcamientos vacíos justo a la puerta del castillo, así que planeamos matar a esa señora en cuanto bajáramos de nuevo todas esas cuestas.


El castillo muy bonito, aunque simplón, al menos la parte abierta en la que estuvimos, puesto que el resto estaba cerrado, eso sí, en el Callejón del aire se estaba superagustito!!!!! Y ya del castillo nos fuimos en dirección al famoso Torcal de Antequera, que es un paraje natural de unos 20 Km cuadrados, famoso por las caprichosas formas que los diferentes agentes erosivos han ido modelando en sus rocas calizas, representando una muestra del paisaje cárstico de Europa.
El camino era una carreterilla donde apenas cabían dos coches, pero con unas vistas preciosas, donde nos paramos un par de veces para hacer unas fotos y disfrutar de esta maravilla de la naturaleza. Llegamos al Mirador Las Ventanillas, que tenía unas vistas impresionantes, para después visitar el museo donde explicaban la formación del Torcal desde el Jurásico hasta hoy día. Luego nos tomamos un refresco y nos pusimos rumbo a casa.


Quise ir a ver de una vez los dólmenes, pero ya era demasiado tarde y se nos hacía de noche la vuelta a casa, así que prescindimos de ellos. El camino de vuelta genial, charlando y discutiendo si el cultivo de cereales y la caza era la fuente primitiva de ingresos en Antequera. Llegamos a Huelva a las 10:30 de la noche, así que nos fuimos a tapear donde Natalia celebró su comunión, y poco después salí para Ayamonte. En definitiva, un finde muy completo, con mucho descanso, mucho relax, mucho comer, mucho beber y de visita turística, mejor.... imposible!